miércoles, mayo 30, 2007

Apio verde

Hace un año que escribo cosas en internet.

Espero sus regalos.

lunes, mayo 28, 2007

Cerrado por reformas

El propósito de esta entrada es doble:
1. Comunicar a mis queridos lectores que mi ordenador ha tenido una avería que va más allá de mis conocimientos de informática. Si a eso sumamos los exámenes que se avecinan, se entenderá por qué hasta mediados de junio escribiré con aún más irregularidad de la que acostumbro.
2. Alcanzar la muy sugerente cifra de 69 entradas. Este logro, dejando a un lado las referencias obvias, es el requisito indispensable para que la próxima y espectacular celebración del primer aniversario de Crónicas Dispersas sea recogida en la entrada 70, cifra redonda sin mayores implicaciones.
Brevemente, algunas reflexiones sobre las elecciones locales de ayer:
- "No hay verdad ni mentira, todo depende del color del cristal con que se mira."
- Por fin se lleva un varapalo el alcalde sinvergüenza que padecemos en mi pueblo.
- En Canarias, tan interesante como el programa y las propuestas de un político, es su historial. Sería curioso estudiar cómo algunos elementos son capaces de hacer carrera saltando de un partido al contrario sin rubor alguno, llegando a presentarse por tres "opciones políticas" distintas en tres elecciones sucesivas. Dice un amigo mío (y creo que se equivoca) que en la política local no hay ideologías. Lo que tampoco hay, o eso parece, es vergüenza o sentido del ridículo.

miércoles, mayo 23, 2007

Juegos de palabras

En la cafetería del selecto Club de Listillos y Pedantes de Alcobendas, al café espresso lo llaman tácito.

Un Comité Delegado estudia cómo dar una nueva vuelta de tuerca al juego de palabras de una forma certera y elegante, pidiéndolo en una taza pequeña.

martes, mayo 22, 2007

Tengo una pregunta con retranca para usted

Como es sabido, la premisa del programa Tengo una pregunta para usted es bien simple: se coge a un político y se le pone ante 100 personas elegidas de entre el pueblo llano para que éstos tengan la oportunidad de hacerle llegar "lo que de verdad preocupa a los ciudadanos" y aquél pueda lucirse respondiendo de la manera lo más atinada y campechana que pueda. Aunque al menos de la mitad de los entrevistadores se queda sin decir ni pío y las respuestas de los entrevistados suelen bascular entre lo insustancial y lo anecdótico, procurando siempre echar balones fuera en las preguntas comprometidas, las dos ediciones emitidas hasta ahora han servido para que nos enteremos de que, a pesar de que ganan "bastante más de 300 €", los políticos rara vez pagan el café que se toman. Nunca te acostarás sin aprender algo viejo. Sin embargo, a la gente le encanta ver a políticos siendo entrevistados sin miramientos, sin los límites que la línea editorial o la cortesía profesional suelen imponer a los periodistas profesionales. "Ahí te quería ver yo..."
Ahora que el programa de TVE ha agotado los momentos estelares a que podía aspirar en esta legislatura y ya sólo vamos a ver, si acaso, a "invitados de saldo" como Llamazares (que ha pedido que lo inviten, igual que en su día tuvo que pedir que le hicieran un guiñol) o Labordeta (¿dónde hay que firmar para que lo lleven?), quizás sería conveniente ir pensando cómo contrarrestar en un futuro este pretendido efecto de cercanía que los políticos desean como agua de mayo. Ya se ha roto en parte ese efecto porque, ante preguntas formuladas de forma clara y directa, en lugar de dar una respuesta del mismo estilo, como el vulgo desea, los entrevistados suelen irse por las ramas y responder con retórica parlamentaria. Pero no es difícil imaginarse al equipo de los potenciales entrevistados estudiando a fondo sondeos de opinión, escuchando tertulias radiofónicas y memorizando listas de precios de productos de primera necesidad, para así poder aleccionar al político en cuestión sobre cómo parecer una persona normal y corriente. Así, con un poco de práctica acabarán por aprender a disimular que viven en un mundo diferente al que habitamos nosotros, la chusma.
Una de las posibles maneras de pillarlos en fuera de juego sería que, en lugar de preguntarles algo sencillo y directo (si le parece normal lo caro que estan los pisos o si hará algo para que los libros de texto sean gratis), se les hicieran preguntas enrevesadas y de contenido técnico, del tipo:
- ¿Cree usted que el alto nivel de deuda pública acumulada por las Comunidades Autónomas puede provocar un efecto de crowding out sobre el crédito disponible, privando así a los sectores competitivos de nuestra economía de los capitales que serían necesarios para evitar que el elevado peso del sector inmobiliario en el PIB provoquen una situación similar a la conocida como "dutch disease" en la economía española?
Y si esto fallase, siempre quedaría la opción de recurrir al surrealismo en versión autóctona:
- Me alegro de tenerle aquí delante, porque yo quisiera saber si en su opinión con lo poco que ha llovido este año, que ni se moja el campo ni refresca, como bien decía un cuñado mío del pueblo, que heredó la casa de sus abuelos pero no se le ocurrió otra cosa que hacer reformas y, claro, impuesto que viene, factura que va, que hay que ver lo que cobran los albañiles y lo caro que está el cemento, tuvo que venderle la casa a unos alemanes, que eran gente muy educada porque otra cosa no, pero educación sí que hay en esos países de Europa que tan avanzados se dicen, pero luego todos se vienen de vacaciones a España, que digo yo que allí no quedará nadie en verano, que hasta a los jubilados se vienen a vivir a Mallorca, que yo digo "vienen", pero no soy de Mallorca, no se confunda usted, pero es una forma de hablar, pero pienso yo que ya quisiéramos nosotros poder comprar una casa de vacaciones con la jubilación porque aquí, con cuatro duros que te dan ya parece que tienes que dar las gracias, pero se ve que allá el sol lo ven poco y por eso vienen, y me hace gracia que son tan frioleros que se dejan los calcetines aunque vayan con sandalias, que eso, hasta que no lo vió, no se lo creyó mi suegro, que en paz descanse, que se dedicaba a vender los melones del pueblo en el pueblo de al lado, no porque a nosotros no nos gustasen, que si así fuese no los plantábamos, sino porque andábamos sobrados de melones, que eso siempre fue un chiste en la comarca, pero no todo puede ser abundancia porque ya andábamos faltos de mujeres, así que me dije yo, y le dije a mi mujer, que también se sabe que en la casa de uno manda uno, y uno manda lo que quiera la señora, pues dijimos que al chico mejor lo mandábamos a estudiar fuera y que se buscara una novia de por ahí, porque de las mozas del pueblo, la que no era prima, era prima segunda, y usted ya sabe lo que pasa, no hace falta que yo lo diga, y el chico no es que sea el primero de la clase, pero pasito a pasito se hace el caminito, que te estás labrando un futuro para no tener que labrar el campo, le digo yo siempre, entonces me preguntaba si usted cree que la situación así se puede mantener o que esto va a dar un cambio, "catapum", como quien dice, o que a todo se acostumbra uno menos a las almorranas, que es lo que decía un vecino del pueblo que al pobre le dió un cólico nefrítico y del susto casi se nos muere cuando lo llevaban al hospital, que tuvieron que llevarlo en taxi porque la ambulancia esa semana no andaba y el mecánico que tenemos no es que sea gandul, pero trabaja poco, y así que ya termino porque no quiero quitarle tiempo a estos señores y estas señoritas que también querrán preguntar de lo suyo, y como le digo yo sólo quería saber si usted esto lo ve normal, que yo no sé dónde vamos a parar y cada día duermo peor y no sólo por el quiste que me salió de este lado de la espalda que no me deja coger bien la postura, que cualquier día se nos va al carajo el mundo y nosotros con él. Gracias.

sábado, mayo 19, 2007

... y punto pelota

Sigamos con el debate.

1. Mr. Croc, yo también quitaría la palabra "exhaustivo", pero una frase necesita un cierto número de adjetivos para alcanzar el grado necesario de pedantería. Nunca podrás digerir toda la historia de la música o de la literatura desde el principio de los tiempos, pero al menos deberías conocer los momentos destacables de la misma. No hace falta que sepas quién comandaba cada División en la batalla de Waterloo, pero deberías saber quién era Napoleón. Aunque habrá quien diga que eso no sirve para nada, que la Historia relevante es desde Vietnam hasta ahora. O incluso, ahora que ya no hay disuasión atómica, que lo único interesante de la Historia empieza en 1.991. O el 11 de septiembre de 2.001.
2. El gran Alí Omar me honra con su comentario, al que sólo voy a responder dos cosas. En primer lugar, yo no he dicho que el dixieland o el swing no se puedan disfrutar por sí mismos. Releo lo escrito y no encuentro nada que se pueda interpretar así. De hecho, si la discusión no se hubiera centrado en la necesidad de conocer los antecedentes para comprender la vanguardia, habría hecho una encendida defensa del jazz primigenio como música que se puede disfrutar tanto como cualquier otra. Además, creo que tampoco Luis lo ha despreciado (al menos, no tanto como acostumbra), ya que escribió: "[...]no digo que se haya de obviar las raíces del jazz, ni que el jazz de los 30 carezca de belleza. Algunas de sus piezas son capaces de conmover a la más pétrea de las almas[...]" En segundo lugar, en cuanto a lo que dices sobre que no existe continuidad entre dixieland, swing, bebop y vanguardias posteriores, tienes razón en parte. No hay continuidad mecánica, lógica, que nos lleve de uno a otro, pero sí una continuidad histórica. Cada uno surge en oposición a, como consecuencia de, por agotamiento de o, simplemente, después del anterior. Y, a veces, sin que el motivo estuviera relacionado con la música: uno de los motivos del nacimiento de las Big Bands es que, con la Gran Depresión, el sueldo de los músicos baja lo suficiente como para hacerlas posibles, además de que la escasez de trabajo propicia que los músicos quieran juntarse en grupos grandes para trabajar lo más posible. La continuidad histórica, la concatenación de formas y estilos (aunque algunas pretendiesen negar las anteriores) es lo que hace que se pueda (y se deba) estudiar el jazz como un todo. Desde los comienzos hasta las vanguardias.
3. Al anónimo sólo puedo decirle que las mujeres hermosas son un motivo de desgracia, más que de esperanza. ¿Por qué? Porque ves una mujer bella y la deseas... y el deseo es la fuente de la infelicidad, como bien dejó establecido el Buda.
4. Hola y saludos, Jorge. ¿Cómo no iba a saber quién eres? ¡Llevo años y años oyendo hablar de ti! Yo pienso que sí deberías haberle dicho algo a la pianista, que Luis mucho disuadirte y luego la abordó en otro garito. La cita de Miles está bien, pero yo no la haría mía. La quincalla puede ser deliciosa, y aunque pasear por IKEA pueda resultar sedante, me parece mucho más interesante ir al Rastro y mirar qué se encuentra entre toda la chatarra. Y en cuanto a haber dicho nuestros nombres, al identificarnos has dificultado un poco nuestro plan de dominar el mundo, pero aparte de eso, no pasa nada.
5. Sigamos con Luis. Mis comienzos en el jazz no fueron con el Coltrane más estridente, ni mucho menos. Lo cierto es que mis dos primeros discos de jazz fueron la Banda Sonora de Mo' Better Blues y Blue Train, disco este último cuya compra se basó en el siguiente criterio:
- "Hummm... quiero escuchar algo de jazz en serio, a ver qué encuentro. A ver, a ver... vaya, me suena este tal Coltrane, y Blue Note es una discográfica muy conocida. Vale, me quedo con éste mismo."
Mis siguientes adquisiciones fueron My Favorite Things, Olé, Impressions, Giant Steps, Africa/Brass, Coltrane (el de Impulse, no el de Prestige), etc... De algún modo, sorteé al que llamas "Coltrane estridente" hasta que me golpeó Ascension, mucho después de haber escuchado el Free Jazz de Ornette Coleman. Y no tengo que enmendar ninguna pose intelectual: Coltrane significará lo mismo para mí emocionalmente ahora que cuando haya repasado ese medio siglo que desconozco del jazz anterior a él.
6. Creo que toda la discusión parte de un malentendido. Yo hablo de conocimiento teórico de un asunto, mientras que tú defiendes un disfrute mucho más básico y primario. No lo había pillado a la primera porque, dado el nivel de tecnicismo presente en los elogios que diriges a tus ídolos musicales, no es la postura que habitualmente pareces sostener. Pero sostienes ahora que cada uno debe buscar "lo que se la ponga dura" y escucharlo sin complejos. Tu altísimo y recién adquirido nivel de tolerancia me congratula, aunque quizás no tanto como a los cientos (¿qué digo cientos? ¡decenas!) de seguidores de Alanis Morissette, que respiran más tranquilos. Me alegra saber que no volveré a oírte decir con desprecio que cierto local de jazz está "lleno de pijos imbéciles que no tienen ni idea de jazz", como si el jazz fuera una cuestión de inteligencia o de clase social. Y, por último, me siento aliviado de que abandones la soberbia que te llevaba a afirmar que lo que hacías al intentar que alguien escuchara jazz en lugar de a Ismael Serrano era "educar" a esa persona. Que cada uno escuche lo que le ponga en comunicación con el Universo y dejémonos de chorradas enciclopédicas. Om Shanti para ti también, hermano.
7. Por otro lado, algún día tendrás que explicar tu desprecio por la Enciclopedia, esa poderosa herramienta de la Ilustración. No te hacía un postmoderno, y me sorprendería todavía más que te posicionaras a favor del "antiguo régimen" (me refiero al "antiguo" de verdad, no a ese trauma de cuarenta años que se supone acabó hace treinta, pero del que, en apariencia, no acabamos de salir todavía).
8. Así pues, lo que yo digo es que para comprender qué es y qué hace la vanguardia, tienes que saber qué hubo antes, y conocerlo a fondo. Aunque sea por oposición, toda vanguardia es deudora de sus antecedentes. Para saber qué tiene de especial una determinada forma de expresión, debes saber qué formas había antes. No para que te impresione más o menos, positiva o negativamente, sino para contextualizarla y comprenderla en un plano teórico. No necesito ningún discurso para saber que Coltrane tocando My Favorite Things durante 57 minutos en Japón es lo más cerca que he estado del éxtasis en mi vida, o que sus solos en las interpretaciones menos fieras de Afro Blue son, para mí, catárticos. Pero la capacidad para comprenderlo en un nivel conceptual, para situarlo en una trayectoria, en una historia, no hacen de menos sino que enriquecen esa percepción que ya tengo. Aunque son dos planos diferentes, claro: cuando escucho la música me limito a sentirla, y si la comparto con alguien, tampoco considero necesario insistirle en que capte lo mismo que yo. Pero antes de poner un disco, no sobra un comentario, una lectura, un contexto...
9. Dices que te da igual en qué orden haya que escuchar la música, pero no por ello dejas de hacerme un plano para que avance en la dirección que crees adecuada. Tendré en cuenta tu consejo, no para seguirlo al pie de la letra sino para tomarlo como referencia puntualmente y, sobre todo, para recordar por los siglos de los siglos que, para tu vergüenza, te has olvidado de citar a Charlie Parker.
10. Por último, y para redondear el número de puntos, yo diría que los Who y los Doors no son de los setenta, sino más bien de los sesenta. Y sí los había escuchado con anterioridad. Lo que ocurre es que conocía las canciones "típicas" y me interesaba saber si había algo más, alguna joya escondida entre los temas de éxito. Eso que tú llamas "afán enciclopédico", yo (sin que me pareciera deshonroso tal afán si se diera el caso) lo considero simplemente un interés de lo más corriente en profundizar en un tema. En cuanto a Led Zeppelin, no había escuchado nada. Y en efecto, si hasta la fecha no me había llamado la atención el rock de los setenta, era por una sencilla razón: no lo había escuchado. No comprendo mucho mejor el heavy o el punk, pero es un tiempo aprovechado en conocer algo que para mí era novedoso. Ningún conocimiento sobra, o al menos eso creo.
Delenda Carthago.

martes, mayo 15, 2007

Pues anda que...

Estaba yo pensando qué escribir y preguntándome quién "me visita" desde lugares tan dispares como Tenerife o Southampton, cuando el amigo Fraseos me honra comentando en ésta, su casa, y dándome pie a escribirle una contrarréplica (o recontrarréplica, que ya perdí la cuenta). Por partes:
1. Björk es un personajillo ridículo cuyo único mérito es protagonizar una anécdota de Enrique.
2. Dices que "el documento polvoriento, por lo general suele ser fagocitado por la cultura popular y no merece un estudio exhaustivo para la comprensión de las vanguardias." Requetediscrepo, diantres. Habría que ver si la digestión que ha hecho la cultura popular del jazz primigenio (no sólo del swing) es correcta. Y, ¿qué cultura popular? ¿La película Swing Kids sería un buen ejemplo? Aun cuando la cultura popular hubiera digerido bien el primer jazz, las diferencias entre el input y el output de una digestión son notorias. Pero no nos pongamos escatológicos, porque aún se pueden plantear dos cuestiones: ¿por qué no merece un estudio exhaustivo? Y, ¿quién ha dicho que haya que comprender -o incluso atender- a las vanguardias? Todo trozo de saber merece un estudio tan exhaustivo como la propia materia admita. Vete a decirle a los ingenieros que sus conocimientos de física son superfluos y que lo importante es la física cuántica... No, mejor no se lo digas: a lo peor te hacen caso y ya jamás se podría pasear con tranquilidad por un puente. En cuanto a la avant-garde, tiene su indudable mérito como movimiento que intenta expandir una determinada forma de expresión, pero no es por ello superior o más valiosa que las formas ya existentes. Una novela vanguardista puede ser muy apreciada por los críticos y eruditos, que se hincharán a publicar artículos y ensayos interpretándola y explicándola, pero lo que yo desearía es ser capaz de escribir algo como esto.
3. Sigues diciendo: "[...] el documento polvoriento, lejos de transmitir sensaciones musicales elevadas, complejas, intencionadas o simplemente atractivas, suelen ser la expresión primigenia de un lenguaje en estado embrionario, que cuyo posterior desarrollo da lugar a formas de expresión ricas en matices y carga emocional (el Jazz vanguardista)." No sé si será el subconsciente que te traiciona, pero tendrías que explicar a qué inalcanzables alturas debe "elevarse" una expresión artística para merecer tu atención. Casi me obligas a preguntarte qué diferencia hay entre vestir sólo la última colección de un diseñador y negarse a escuchar cualquier música que no nazca de la última vanguardia. El pretexto cultureta, quizás... ¿Es Shakespeare menos inspirador que un happening? ¿Es Edvard Munch inferior a Tàpies y su calcetín? ¡Venga ya!
4. Y casi concluyes con que: "Por supuesto es bueno conocer la tradición, pero el estudio en profundidad del documento polvoriento ha de hacerse con fines históricos, y nunca en búsqueda de la comprensión de la vanguardia. ¿Por qué? Porque la carga artística del swing, por ejemplo, le es conocida a todo el mundo. Son melodías ampliamente conocidas y arraigadas en la cultura popular." Con lo cual vuelves a equivocarte. ¿Cómo que el swing lo conoce todo el mundo? Como no sea que quieras dar validez a eso que dicen muchos de "oh, sí, el jazz es muy bonito y relajante", no sé a qué "todo el mundo" te refieres. Si te vale como "conocimiento del swing" que algunos sean capaces de identificarlo con una banda de señores de esmoquin sentados junto a un piano con instrumentos de viento, te doy la razón. Pero esa misma gente luego diría que St. Germain hace jazz, así que tú verás. Y sí, el estudio de la tradición y de los orígenes es, ante todo, un estudio histórico, porque todo arte surge de un contexto histórico y cultural, y no puede entenderse sin sus antecedentes. Por eso es un requisito necesario para comprender qué significa la vanguardia. Sin profundizar en la tradición más allá del tópico que pueda ofrecernos la cultura popular, querer abrazar la vanguardia es correr con los brazos abiertos hacia la nada.
En definitiva, de lo que se trata es de que, como dijo Newton, somos enanos subidos a hombros de gigantes. O también, como diría Kavafis, se trata de que lo importante no es llegar a la meta, sino recorrer el camino. Escuchar sólo "lo último" y despreciar lo anterior es una actitud similar a la de quienes coleccionan postales para así no tener que viajar.
Y del bizantinismo hablamos otro día.

domingo, mayo 13, 2007

Frase pedante

"Sin el estudio previo y exhaustivo de ciertos documentos polvorientos, la fascinación por la vanguardia no es más que un ejercicio de elitismo cultural descontextualizado."

[Respuesta tardía a cierta frase que he oído demasiadas veces.]

jueves, mayo 10, 2007

Premio Harvey

Mi candidato al Premio Harvey a la Actitud, si se me permite proponer alguno, es un jevi con el que me crucé mientras volvía al piso, al que su novia reprendía diciéndole:
- "No, si no has dicho nada, ¡pero es que con tu actitud!"
Silencioso y con actitud... merece un Harvey, ¿no?

lunes, mayo 07, 2007

Graduación

Steve Jobs (co-fundador de Apple) soltó este discurso en la Universidad de Stanford en 2005. Puede resultar interesante como relato, aunque no sea sino una típica historia americana de superación y éxito tras las penalidades. Sin embargo, aunque estas mismas ideas las hayamos oído, leído y visto ya antes en películas, libros y revistas, creo que merece la pena echarle un ojo.
Por otro lado, me pregunto cómo sería un discurso similar en España. Quizás algo así:
Discurso del Ilustrísimo Sr. Vil·la Dronzuelo
Es para mí un honor y un placer haber sido invitado a pronunciar el discurso de graduación en esta Universidad, en la que tantos favores se me debe. Es público y notorio que mi formación académica es de lo más ordinaria, pero en nuestro país la ignorancia nunca ha sido obstáculo para hablar en público, de modo que no me privaré de dar una pequeña lección sobre la "universidad de la vida."
Hace unos cuantos años acabé mi licenciatura en Derecho en una joven universidad de provincias como la que hoy nos acoge. Todos sabemos que, en las últimas décadas, la abundancia de ex-políticos en busca de un retiro dorado, alimentada generosamente por la rotación de cargos inherente al sistema democrático y por el nuevo (por aquel entonces) mapa autonómico, proporcionó, junto con la titulitis hispánica, las condiciones de oferta y demanda necesarias para la proliferación de Universidades en todas las provincias españolas. Además, ¿qué político local o regional renunciaría a un nuevo feudo sobre el que ejercer el caciquismo que se supone a todo español con algo de poder?
Así que ahí estaba yo: recién salido de la Universidad, con una mano delante y otra detrás, con un diploma (tan válido como el que pudiera obtenerse en el mejor centro universitario del país, aun cuando mis profesores habían demostado ser ignorantes, ociosos o, en el mejor de los casos, novatos) y sin una idea muy clara de qué hacer con mi vida. Por fortuna, no es innovando como se progresa en España, así que mire a mi alrededor e hice lo que todos: preparé oposiciones. No fue fácil al principio. Pronto me dí cuenta de que la mayor parte de las plazas las obtenían los hijos de, sobrinos de, yernos de, etc... En los exámenes siempre había alguien que decía "yo he oído que, en realidad, sólo necesitaban convocar una plaza, pero que al final convocan cuatro para así, de paso, enchufar a tres apadrinados". Un tipo que conocí en una biblioteca pública y que también preparaba oposiciones después de acabar Economía y Sociología, me dijo que ese sería un buen tema para una investigación interdisciplinar: Efectos del nepotismo en la eficiencia de las organizaciones. Creo que hace tiempo abandonó esa idea y ahora se dedica a asesorar a grandes empresas acerca de hasta qué punto es deseable inducir a sus empleados a que compitan ferozmente entre sí.
Por mi parte, cada vez estaba más convencido de que nunca lograría sacar una oposición decente, y empezaba a desesperarme. Llegué a la conclusión de que todos tenemos que adaptarnos al tiempo y lugar en que nos ha tocado vivir. Donde fueres, haz lo que vieres, nos aconseja el refrán, y eso hice. Gracias a un fabuloso golpe de suerte, una noche conocí a la hija menor de un miembro de la Diputación Provincial. En cuanto ví que congeniábamos, hice ver a mi novia de toda la vida que lo nuestro no iba a ningún lado. Para mirar al futuro hay que saber decir adiós al pasado. En menos de un año, me convertí en yerno de y pude, por fin, aprobar una oposición. Aunque el cargo no era gran cosa, había hecho realidad el sueño del español medio: integrarme en la burocracia. Sueldo fijo, poco trabajo... ¿para qué soñar con el éxito si se puede aspirar a la mediocridad? Pero mi suerte no acabó ahí.
Mi suegro no se encontraba a gusto en la Diputación Provincial. En público, decía que quería acabar su carrera política trabajando por sus vecinos y por el pueblo que le vió nacer. En privado, nos confesaba que era en los ayuntamientos donde se movía dinero a raudales y que él estaba harto de hacer el idiota en la Diputación. En las siguientes elecciones locales, salió elegido alcalde y yo, que iba quinto en la lista, acabé como concejal de Cultura y Festejos. No era una responsabilidad muy grande, ni ofrecía grandes oportunidades para enriquecerse, pero me sirvió para foguearme en la política. De todos modos, siempre se puede sacar algún pellizco de los presupuestos, sea cual sea el destino que se le supone a las partidas. Además, por aquellas fechas, retomé la amistad que me unía a un antiguo compañero de la Universidad, que había llegado a ser un alto directivo de una productora musical. De esta feliz coincidencia resultó que las fiestas del pueblo fueron, a partir de entonces, las mejores de toda la comarca, y yo pasé a ser el concejal que mejores trajes y relojes lucía.
En las siguientes legislaturas, mi suegro desvió a los concejales que podían hacerme sombra hacia la política autonómica o nacional y así me ví, apenas un par de elecciones después, convertido en alcalde "de este pueblo que tan generosamente me ha acogido." Una vez que tuve en mis manos el bastón de mando, aprendí con rapidez que el verbo recalificar era la palabra mágica que abría la cueva de Alí Babá. Nunca me hizo falta pedir, sugerir o poner la mano. Los empresarios, motu proprio, entraban en mi despacho con un maletín y salían con una sonrisa. Mi experiencia como concejal me sirvió para saber cómo embaucar a los ciudadanos: les prometí progreso, crecimiento y cultura, pero permití que se construyera una enorme ciudad dormitorio rodeando el pueblo, con dos centros comerciales que destruyeron el comercio local y sustituyeron la cultura por un ocio vacío y uniformado. Gracias a mis contactos y a los de mi familia política conseguí que una nueva autopista pasara cerca del pueblo, y los nuevos barrios dejaron de ser ciudades fantasma para llenarse poco a poco de trabajadores de las capitales vecinas, a los que todavía compensaba comprar o alquilar en nuestro pueblo, a pesar de la escalada de precios que provocaba su llegada.
Pero no todo podía ser puro ladrillo. En ocasiones había que enmascarar el negocio con algún pretexto social o cultural. Contratamos a un arquitecto famoso para que diseñara el teatro local, y aunque el edificio resultaba aparatoso, feo y poco práctico, lo plantamos en medio del pueblo, a mayor gloria de mi megalomanía. Que no se diga que este alcalde no quiere dignificar la imagen de su pueblo. Y que no se diga tampoco que no hago nada por la formación de los jóvenes: me empeñé en que un campus de nuestra Universidad podía y debía estar en el pueblo. Al principio me tomaron por loco, pero mi amigo el Rector pronto comprendió lo beneficiosa que podía ser la operación.
Y al final, también me ha llegado el momento de dar paso a la siguiente generación. Una cuñada de mi mujer tiene un sobrino muy avispado. Será un excelente alcalde. Yo me retiro de la política: ya he hecho todo lo que podía hacer por mí y por mis vecinos desde la alcaldía, y la política autonómica me viene grande. No hablemos ya de la política nacional. No. Me retiro y seguiré trabajando por el bienestar y el progreso de mis conciudadanos desde el sector privado. Hace poco compré unos terrenos al lado del bosque. Es una zona verde, pero algo me dice que si en un futuro cercano propongo al Ayuntamiento que se construya una urbanización de lujo en la zona, la respuesta será positiva.
Esta es la historia que he venido a contar. Tengo tanto dinero que he perdido la cuenta. Cambio de coche cada tres años y mi armario ropero es más grande que el dormitorio de una pareja trabajadora. Tengo casa en la playa, casa en la montaña y casa en Suiza. Le he pagado a mi mujer un cuerpo nuevo, esculpido en el quirófano. Sí, ya sé que en un futuro próximo los labios siliconados, las tetas inverosímiles, el rubio platino, la piel estirada por los lifting y quemada por los rayos UVA nos darán tanta grima como nos la dan ahora los pelos cardados de los ochenta. Pero soy tan rico que ya no recuerdo qué es la vergüenza.
Eso es todo.
Muchas gracias.

viernes, mayo 04, 2007

Encuentos fortuitos

Estoy desayunando con Alí Omar, con quien me he encontrado de camino a la cafetería de la Universidad, y le pido que me explique el origen de los libaneses greco-católicos mientras termino el croissant. De repente, su disertación se ve interrumpida por la llegada de una de mis compañeras de clase, que me pregunta qué tal llevo el examen que tendremos en unos diez minutos. Respondo con indiferencia que bien (indiferencia hacia el examen, no hacia ella), a lo que ella, resoplando, replica:

- Como pregunte el último tema, ¡me folla!

Tan inesperado exabrupto me deja perplejo y, aunque intento controlar mi reacción, no puedo evitar abrir los ojos como platos. Se me pasa por la cabeza responderle: "Y... ¿puedo preguntártelo yo?" Sin embargo, me contengo a tiempo y digo:

- Vaya...

A veces me pregunto si mi vida no será una sucesión de pequeñas oportunidades que nunca aprovecho.

martes, mayo 01, 2007

Michi Panero (y II)

Hace poco han preestrenado (¿cuándo lo estrenarán?) un documental sobre los últimos días del menor de los Panero en Astorga, La estancia vacía. No creo que esté a la altura de las dos películas anteriores sobre esta peculiar familia, pero ya se sabe que no hay dos sin tres. Al menos, tiene a su favor que la banda sonora contará con la canción de Nacho Vegas:
Ángel sí que sabe.

Michi Panero (I)

De la última entrevista que concedió Michi Panero, en sus últimos días de agonía en Astorga:
¿Y la salud de España? Suele decir que era verdad eso de lo que presumía Franco: "todo queda atado y bien atado".
- Sí, sabía lo que hablaba porque conocía al pueblo español. Para estar cuarenta años gobernando hace falta, aparte de policía y ejército, saber como funciona ese pueblo. Este pueblo es una mierda, no nos engañemos. Y no lo digo yo, lo dice su literatura que debería ser su espejo, o las memorias de Azaña o el exilio… Yo que conocí tanto a la gente del exilio, trabajé tanto con ellos en radio… Eran una desesperación. Los que volvieron cuando se murió Franco, ¡con que ilusión lo hacían! ¡Y lo que se encontraron! Este país es despiadado. Y para nada, porque se puede ser despiadado como Robespierre. Pero no, es despiadado por incultura y por falta de sensibilidad y lo demás son máscaras y caretas, como Almodóvar y tantos otros. Almodóvar es muy paradigmático porque lo ves ahora y no es nada, son chistes de revista del Paralelo, la misma "movida" no es nada. Lo cual te demuestra que en este país si tiras una piedra a un escaparate ya eres Bakunin. Yo no debería estar así.
Recuerdo que cuando fui al rodaje de una película de mi amigo Gonzalo Herralde, con Marta Moriarty, al pasar por el Ampurdán nos paramos porque vimos ¡a Tejero! Estaba en una huerta, con un sombrerito de paja y con una regadera. Era un jubilado del golpismo y se le veía feliz como una perdiz. El general Franco se lo hubiera cargado a los dos minutos. Es un país disparatado… disparatado.
Quizás peor que la persecución sea el olvido…
- Sí, el olvido con que muere en esos sanatorios la gente con sida, gente de 20 años, habiéndoles enseñado a leer… El olvido en el que se sumían ellos mismos y sus familias era dolorosísimo. Y eso ahora y hace diez años. Es increíble. Es un país despiadado. Miedo al olvido: yo puedo llamar a gente, llamarlos ahora por teléfono, a dos o tres amigos… pero es que me jode. Me jode oir "!el pobre Michi, que se está muriendo!". Me jode.
[...]
He leído mucho sobre el suicidio, mucho. Y mas aún: quise editar una colección de libros que era bonita: escritores, actores y pintores suicidas, que su biografía fuera la mitad del libro y la otra mitad su obra. La colección se titulaba "El Dios Salvaje", que es como llamaban los aztecas al Dios del suicidio, que no lo elegían. Me miraron todo rarísimo: "!Cómo vas a hacer una colección de muertos y de suicidas!". ¡Y eso me lo decían en un país tan escatológico como éste, donde les encanta! Yo miro el suicidio de una forma muy diferente a la de mis hermanos.