sábado, febrero 14, 2009

Envidia

Ayer me di cuenta de que, si Constantino Romero tiene algún hijo, éste sería una de las personas a las que más envidiaría en el mundo. Y tan sólo porque (supongamos que el chaval se llama Lucas), cuando recibe una llamada de su padre, puede oír al mismísimo Darth Vader diciendo por teléfono: "¿Lucas?... Soy tu padre". Aunque a partir de ahí, la conversación pierde "mitiquismo", claro.

jueves, febrero 05, 2009

Campañas

Gracias a esta página, he podido poner en marcha dos campañas de propaganda. Con la primera, en la que intervendrán dos guaguas simultáneamente, pretendo reivindicar el papel fundamental de la filosofía aristotélica en las actuaciones de señores con esmoquin:

Con la segunda, quiero mandar un mensaje de esperanza a Román:

lunes, febrero 02, 2009

Sie ist das Opium des Volkes

El fútbol, en general, es un coñazo. Corrijo: como deporte está bien y, además, sólo requiere un descampado, cuatro piedras, un balón y un par de amigos. En cambio, como pasión colectiva, como espectáculo de masas, como cuestión fundamental e intransferible, metáfora del espíritu nacional... es un coñazo mayúsculo. Quizás es que llevo un tiempo "quemado" con las ideologías identitarias/trascendentes, pero parece que con el fútbol (y también con la Fórmula 1, gracias a Alonso) pasa lo mismo que con las religiones y las naciones: los "fieles" no quieren entender que su fé no te interesa. Aunque a veces ese fanatismo nos puede proporcionar algún momento de diversión: ahora que al Barça le van bien las cosas, es muy divertido fingirse culé entre madridistas. Siempre y cuando sean madridistas civilizados, claro. Pero, en general, tanta pasión desbordante y tanta energía malgastada en algo tan banal, sólo puede producir hastío.
¿Y no hay manera de salvar al fútbol? Sólo gracias a dos argentinos: Maradona y Valdano. Maradona lo es todo: el jugador sublime y el drogadicto vergonzoso, el redentor de un país (los dos goles contra Inglaterra no es que fueran mejores o peores -al fin y al cabo, uno lo hizo con trampas y el otro, el más bello de la historia, debe parte de su belleza a la narración agónica de Victor Hugo Morales- es que fueron contra Inglaterra, después de la guerra de las Malvinas) y el juguete roto que inspira lástima. Maradona murió y resucitó, y los cantantes le componen canciones de amor incondicional que ya quisieran para sí las mujeres. Maradona es un Mito, un Mito complejo, aunque las suyas sean complejidades superficiales (no dan los tiempos para más), un Jano moderno que nos muestra que Todo y Nada son dos caras de la misma moneda.
Valdano es otra cosa. Valdano es la demostración de que para ser intelectual basta con un único requisito: ser argentino. Por supuesto, él tendrá otras virtudes más allá de esta, pero con ese hablar pausado, reflexivo y adormecedor, podría decir cualquier disparate y pasaría por un comentario inteligente. Valdano sienta cátedra cuando habla porque, al oírle, uno siente que opinar distinto no es del todo legítimo. Y porque a veces dice verdades como un templo, como puede ser esta: "pareciera que hay veces que el fútbol no existiera sin la ayuda de la palabra".
Porque de fútbol se escribe mucho, y bien. Cuando mi opinión sobre el tema se resumía en la primera frase de este post (aunque, de vez en cuando, me interesara por los avatares de la Unión Depresiva Las Palmas), tuve la suerte de compartir piso con Ángel, que me enseñó a apreciar las Historias del Calcio que escribía semanalmente Enric González en El País. Es una pena que ya no las escriba, y su columna esté ahora dedicada a la televisión, aunque todavía se anima a veces a escribir algún artículo sobre fútbol. Quien escribe ahora cada semana en la sección de deportes es John Carlin, que cada lunes nos cuenta alguna historia sobre la liga inglesa. El fútbol como narración, como MacGuffin para contar alguna historia, como espejo de la realidad. Siempre que sea una historia lejana, claro está, porque si es cercana corremos el riesgo de convertirla en excusa para el fanatismo. El fútbol como metáfora de la realidad, de la vida. Así sí merece la pena.
Todo esto me ha venido a la cabezan tras llegar por casualidad a este blog que recopila datos, anécdotas y citas sobre fútbol. ¡Y qué citas!
"Un gol hace feliz a un jugador, una asistencia a dos".
Leslie "Speedy" Duncan (Futbolista estadounidense).
"No es posible que un país se sienta representado por jugadores de fútbol... es como si nos representaran los dentistas".
Jorge Luis Borges (Escritor argentino).
"Por más viejas que sean las jugadas preparadas hay que intentarlas, siempre hay un tonto en el equipo contrario".
Carlos Bilardo (Entrenador argentino).
"La verdad está ahí, muchachos, en el verde césped".
Ángel Labruna (Entrenador argentino).
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Añado: también me acordé de este otro artículo de Enric González. Pura poesía y lucha de clases.