lunes, noviembre 02, 2009

Castigos

Hace casi un mes se anunció que el Premio Nobel de la Paz de este año se lo darían a Barack Obama o, lo que es lo mismo, a su gran atractivo mediático. Hasta la fecha, el mayor mérito del actual presidente norteamericano parece ser el de no haber empeorado las cosas. Supongo que, en el discurso que dé al recoger el premio, Obama dará las gracias a su antecesor por legarle una situación internacional tan mala que cualquiera que llegase y mantuviese un mínimo de sentido común sería considerado, en comparación, un gran estadista.
No quiero discutir si las esperanzas generadas por el primer presidente presuntamente negro de los Estados Unidos justifican que se le otorgue uno u otro galardón. Al fin y al cabo, no es raro que se dé un Premio Nobel de la Paz a personajes dudosos o cuyos méritos son sólo publicitarios. Me pregunto, sin embargo, qué utilidad tienen los premios, sobre todo cuando lo que se premia es la capacidad de tener un comportamiento normal.
No sería razonable que unos padres, por ejemplo, premiaran a su hijo cada día por hacer sus deberes o por no pelearse con los demás niños en la escuela. Sin embargo, sí es lógico que le castiguen cuando se porta mal: los castigos son una herramienta educativa muy útil. Los premios dependen, para ser eficaces como refuerzo de una conducta, de que el individuo los desee. Y aún así, al diseñar un sistema basado en recompensas se corre el riesgo de que el destinatario lo malinterprete o lo manipule. Por el contrario, un sistema de castigos es simple y eficaz: se identifica el hecho indeseable y se le adjudica una consecuencia proporcionalmente indeseable para el individuo.
Así pues, creo que sería conveniente instaurar, en lugar de galardones, unos Castigos que se "concedieran" anualmente a aquellas personas que peores estropicios hayan perpetrado en los campo de la ciencia, la política, la economía, la paz, la literatura... Falla, es cierto, la proporcionalidad entre el hecho y el castigo, ya que serían unos castigos simbólicos, pero menos es nada. Se aceptan sugerencias sobre categorías y candidatos para este año. También, para el nombre de los Castigos, que provisionalmente se llaman Castigos Cork-CD, en honor del señor Cork Monsier y de un servidor, que alumbramos la idea bajo el influjo de la cerveza belga.
Ah, sí... Barack Obama es un "presidente de Estados Unidos presuntamente negro" por una sencilla razón: su madre es blanca y se crió con la familia de ésta, en Hawai. Decir que Obama es negro implica, por un lado, menospreciar a su familia materna y, por otro, reducir el significado de "ser negro en Estados Unidos" al hecho de tener la piel de un determinado color.