Democracia es cuando ganan los míos
Tengo que reconocer que no sé gran cosa de Moldavia. Existe, su nombre me recuerda a aquella república ficticia desde la que Tintín viajó a la luna y había leído (y casi olvidado) que exportaban vino. Hasta ahí lo que podía decir de Moldavia sin recurrir a la imaginación, hasta que me enteré de que habían ganado las elecciones los comunistas. "Mira qué simpáticos", pensé. Casi como aquella vez, hace unos dos años, que Arguiñano dijo que España era el tercer consumidor mundial de carne de conejo, después de Francia y la Unión Soviética. Aunque no sea nostálgico de la URSS, son cosas que me hacen sentir menos viejo.
Luego vinieron las protestas y saqueos por parte de la oposición moldava, o mejor dicho, por parte de unos cuantos adolescentes descontentos con el resultado electoral, que se habían reunido a través de Twitter. A pesar de que los observadores internacionales respaldasen la validez de los comicios, a pesar de que la "oposición" sea un puñado de vándalos de la que no se sabe qué ideas o proyectos puedan tener, la cobertura mediática pone en el punto de mira al gobierno moldavo. Claro, si son comunistas, algo malo habrán hecho. Algo malo, como haber ganado las elecciones en 2001 y 2005, tomando el relevo de gobiernos anteriores de centro y centro-derecha. Algo malísimo, como ser la opción política más votada por los moldavos desde 1998 (ese año, el Partido Comunista Moldavo fue el más votado pero no consiguió reunir una mayoría suficiente para formar gobierno). Estos pérfidos comunistas, que usurpan el poder por el torticero método de ganar elecciones, deben ser culpables de algo. De cualquier cosa. Por mucho que la OSCE avale la corrección de las elecciones. La OSCE, esa pandilla de rojos. Porque si no ganan "los buenos", eso no puede ser democracia. Al menos, algo así debe de pensar el tal Pablo Pardo que, preguntándose qué ha hecho mal Obama ("¡oh, cielos! ¿Obama? ¿ha hecho algo mal? no me lo puedo creer") dice que al no hacer nada El Profeta contra los "comunistas prorrusos" que "roban las elecciones", ha dado una buena noticia a "dictadores y/o países con ansias expansionistas".
Como dije antes, no añoro a la URSS. No sé casi nada de Moldavia, ni sé qué hace o qué se propone hacer el Partido allí, así que tampoco es que me alegre por su victoria más allá de lo anecdótico. Pero ya cansa que cualquiera pueda poner el "modo Guerra Fría: on" y ponernos de sospechosos, porque le da la gana, a comunistas y demás ralea a la que no nos entusiasma el capitalismo, ese benéfico sistema para la felicidad universal que ha de poner punto final a la Historia.
Y cansa más todavía cuando, a estas alturas, ni siquiera los pro-capitalistas creen en el capitalismo. ¿No se suponía que los empresarios tenían derecho al beneficio porque asumen un riesgo? Pues ahora que el riesgo se ha materializado en un resultado negativo, que lo asuman. Que quiebren bancos y empresas. Pero no, hay que inyectar dinero público a los bancos, hay que estimular fiscalmente a las empresas, hay que pagar del bolsillo de todos las chapuzas de unos cuantos... y a esa privatización de los beneficios y socialización de las pérdidas, se lo envuelve con la sonrisa de Obama y el marido de Carla Bruni lo llama "refundar el capitalismo".
Y después, los pérfidos, los sospechosos, los ladrones... seguimos siendo los comunistas, ¿no? Váyanse al carajo.
1 Comments:
si existiera el puñito este heterogay de "me gusta" de facebook, lo habría pinchado.
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