martes, mayo 01, 2007

Michi Panero (I)

De la última entrevista que concedió Michi Panero, en sus últimos días de agonía en Astorga:
¿Y la salud de España? Suele decir que era verdad eso de lo que presumía Franco: "todo queda atado y bien atado".
- Sí, sabía lo que hablaba porque conocía al pueblo español. Para estar cuarenta años gobernando hace falta, aparte de policía y ejército, saber como funciona ese pueblo. Este pueblo es una mierda, no nos engañemos. Y no lo digo yo, lo dice su literatura que debería ser su espejo, o las memorias de Azaña o el exilio… Yo que conocí tanto a la gente del exilio, trabajé tanto con ellos en radio… Eran una desesperación. Los que volvieron cuando se murió Franco, ¡con que ilusión lo hacían! ¡Y lo que se encontraron! Este país es despiadado. Y para nada, porque se puede ser despiadado como Robespierre. Pero no, es despiadado por incultura y por falta de sensibilidad y lo demás son máscaras y caretas, como Almodóvar y tantos otros. Almodóvar es muy paradigmático porque lo ves ahora y no es nada, son chistes de revista del Paralelo, la misma "movida" no es nada. Lo cual te demuestra que en este país si tiras una piedra a un escaparate ya eres Bakunin. Yo no debería estar así.
Recuerdo que cuando fui al rodaje de una película de mi amigo Gonzalo Herralde, con Marta Moriarty, al pasar por el Ampurdán nos paramos porque vimos ¡a Tejero! Estaba en una huerta, con un sombrerito de paja y con una regadera. Era un jubilado del golpismo y se le veía feliz como una perdiz. El general Franco se lo hubiera cargado a los dos minutos. Es un país disparatado… disparatado.
Quizás peor que la persecución sea el olvido…
- Sí, el olvido con que muere en esos sanatorios la gente con sida, gente de 20 años, habiéndoles enseñado a leer… El olvido en el que se sumían ellos mismos y sus familias era dolorosísimo. Y eso ahora y hace diez años. Es increíble. Es un país despiadado. Miedo al olvido: yo puedo llamar a gente, llamarlos ahora por teléfono, a dos o tres amigos… pero es que me jode. Me jode oir "!el pobre Michi, que se está muriendo!". Me jode.
[...]
He leído mucho sobre el suicidio, mucho. Y mas aún: quise editar una colección de libros que era bonita: escritores, actores y pintores suicidas, que su biografía fuera la mitad del libro y la otra mitad su obra. La colección se titulaba "El Dios Salvaje", que es como llamaban los aztecas al Dios del suicidio, que no lo elegían. Me miraron todo rarísimo: "!Cómo vas a hacer una colección de muertos y de suicidas!". ¡Y eso me lo decían en un país tan escatológico como éste, donde les encanta! Yo miro el suicidio de una forma muy diferente a la de mis hermanos.