Tenerlo todo pensado es sólo una opción
Pero para improvisar hay que conocer las reglas.
Si el tiempo fuera reversible, bastaría con el método de prueba y error. Pero entonces, equivocarse sería un hecho tan trivial que ni siquiera serviría para aprender. Aún así, supongo que a largo plazo acabaríamos agradeciendo la comodidad de poder volver atrás y cambiar las cosas, aprovechar las oportunidades perdidas y evitar los malentendidos. Además, como dijo una vez un antiguo compañero del instituto, "si fuera cierto que de los errores se aprende, yo ya sería catedrático".
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