jueves, marzo 15, 2007

Corazón

Me dirijo a sacar dinero para unas fotocopias que he encargado en la reprografía del edificio 14. De camino al cajero hay una cafetería que ha aprovechado el incipiente calor para sacar las mesas a la acera, y en una de esas mesas toma café una pelirroja que parece... Paso lo bastante lejos como para no verla con claridad, aunque es probable que ella sí me haya visto. Sigo hacia el cajero, silbando el tema de Olé, o quizás la balada del Quinto Regimiento, o quizás ambas cosas... A la vuelta, varío un poco el rumbo y ahí está, la-mujer-fascinante-que-desde-hace-un-año-me-ignora. Este tipo de casualidades, cuando no las provoco yo mismo haciéndome el encontradizo, me resultan desconcertantes. Al acercarme a su mesa, ella mira hacia otro lado, facilitándome (o más bien invitándome a) que pase de largo sin saludarla, pero soy demasiado estúpido. Llamo su atención y le pregunto qué tal está. Bien. Me alegra. Fría cordialidad de quien preferiría que hubiera pasado de largo. Silencios que abortan cualquier posibilidad de conversación. Las fotocopias me sirven como excusa para largarme deprisa.
Mientras espero a que pase un coche para poder cruzar la calle, el corazón me late como si quisiera salirse del pecho.
Ser imbécil es una enfermedad incurable.

2 Comments:

Blogger Carlos Barrios said...

According to the UN hyper-mega reckoning authorities there are 6,525,170,264 individuals in our globe suffering from that same incurable disease.

Lo que no se sabe aún es la cantidad de individuos cuya enfermedad es irreversible o no. Sirvan de ejemplo los espectáculos circenses a los que acostumbran los autodenominados políticos en una vasta extensión ibérica del planeta.

So I guess "carpe diem" was one of the most intelligent things these ill people have ever said.

Congrats for this really astonishing, overwhelming, wonderful bloj.

8:23 p. m.  
Blogger Lilith said...

Yo diría que es una condición genética que en la mayor parte de los casos aflora con la explosión hormonal de la adolescencia y desgraciadamente ya no vuelve a desaparecer hasta la vejez (junto con los dientes). En algunos casos, puede ser controlada, siempre con la ayuda de sustancias, aunque no conviene equivocarse de sustancias, porque en algunos casos, el imbecilismo degenera (v.g. bajo los efectos del alcohol).
Por otro lado, es un síndrome complementario, porque entre las mujeres, un gen latente muy común es el de "puedo ignorarte incluso aunque bailes desnudo delante de mi", que se activa cuando la sujeto en cuestión ha detectado un número x (depende del individuo en cuestión y está en relación directa con su paciencia, desgraciadamente imposible de medir) de casos de imbecilismo a su alrededor.

Conclusión: la raza humana es asín, y lo que no sé, es como sigue existiendo... bendito instinto.

7:18 p. m.  

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