Condición indispensable
A partir de ahora, a partir del mismo momento en que se publique esta entrada (ni vacatio legis ni ná), impongo unilateralmente a mis amigos, si quieren que siga considerándolos como tales, la siguiente condición indispensable:
- Cuando me quiera ir, me iré.
Esta condición, de enunciado tan simple, significa, nada más y nada menos, que si estamos de fiesta, de cañas, de paseo o de lo-que-sea, en cuanto tenga ganas de irme, me podré ir sin que nadie me pregunte por qué, ni me pida que me quede, ni me diga "pero no te vayas ahora", ni me explique lo difícil que me resultará volver a casa a esa hora (eso es asunto mío), ni exalte las virtudes de nuestra amistad, ni nada... Dado que me tomo la molestia de despedirme, lo mínimo que puedo esperar a cambio es que me dejen ir sin hacerme chantaje. Lo contrario es descortesía, ¿o no?
3 Comments:
Pues... yo creo que cuando no te quieras ir, tampoco deberían echarte, no crees??? jijiji
Ah, claro, eso también... Pero me parece que, o bien me aprecian lo suficiente para no hacerlo, o bien no se atreven, quizás por mi tamaño.
Pero yo tampoco acostumbro a ponerme muy pesado, ¿no? ¿Sí?
jajajaja
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