Artículos polémicos (preludio)
Tengo pensado escribir unas cuantas entradas en el blog en cuanto termine los exámenes del Máster. Serán un ejercicio de "pensar contra uno mismo" por escrito. O, más que "contra uno mismo", contra una serie de tópicos y lugares comunes que quizás yo tampoco me he cuestionado lo suficiente. Quería empezar hablando del canon digital, pero hoy he visto esta noticia en El País y no he podido resistirme a escribir este preludio.
¿Qué pasa si el buenrollismo de la Alianza de Civilizaciones colisiona con el feminismo? Que gana el segundo, al menos a la hora de escribir una crónica con pretensiones polémicas. En Francia, un país que se proclama laico hasta extremos absurdos (¿por qué no puede una funcionaria francesa del Estado llevar un pañuelo -o un crucifijo-? ¿acaso confundimos al funcionario con el Estado en sí?), una Juez ha aceptado declarar la nulidad de un matrimonio porque la mujer no era virgen. A partir de un hecho tan nimio, se monta la de Dios es Cristo: que si es un ataque a la dignidad de la mujer, que si es porque los musulmanes reclaman ser una comunidad diferente con derechos diferentes, etc...
Pues no, es simplemente una declaración de nulidad, igual que la que se podría haber dado en España, ya que el artículo 73 del Código Civil declara que será nulo, entre otros, el matrimonio "celebrado por error en la identidad de la persona del otro contrayente o en aquellas cualidades personales que, por su entidad, hubieren sido determinantes de la prestación del consentimiento."
Ejemplo 1: a Juan le apasiona la Guerra de las Galaxias. María aborrece esas películas, pero considera que Juan es un tipo por el que merece la pena hacer el esfuerzo de fingir que a ella también le gustan. Tan bien va la cosa, que un día se casan pero, al poco tiempo, María le confiesa a Juan que a ella lo de Darth Vader le parece una chorrada infantiloide. Dolido, Juan pide la nulidad del matrimonio porque no puede convivir con alguien que le ha engañado así. Si la obtiene, a nadie le parecería raro.
Ejemplo 2: Beatriz piensa que Miguel es muy rico. Como ella sólo quiere un marido que le compre todos los caprichos que ella pida, se casa con él. Sin embargo, descubre que los ingresos de Miguel son modestos y que todas las apariencias de riqueza no eran sino una impostura. Si pide la nulidad del matrimonio, podremos pensar que es una materialista desalmada, pero no creo que nadie piense que ofende a la dignidad de Miguel, o a la de los hombres en general.
Ejemplo 3: X es una persona muy religiosa que, en virtud de su derecho a la libertad religiosa y a la libertad de opinión (a veces hay que recordarlo), cree que el sexo sólo debería practicarse dentro del matrimonio y con fines reproductivos. Por lo tanto, cree que la mujer ideal para convertirse en su esposa debería ser virgen, además de reunir otras virtudes (obsérvese que no piensa que haya que obligar a todas las mujeres a que lo sean hasta el matrimonio, sino que es algo que él valorará en la mujer con la que vaya a compartir su vida). X ha tenido suerte, pues ha conocido a Y, una mujer también religiosa y de la que puede suponer que es virgen, pues ella no le ha dado a entender lo contrario y mantener la virginidad hasta el matrimonio es un precepto de la religión que comparten. Además de esa compatibilidad, tienen otros muchos puntos en común, de modo que deciden casarse. Sin embargo, una vez celebrado el matrimonio, X descubre que Y no es virgen.
¿Por qué el ejemplo 3 es el único en que a algunos les parece horrible que se pueda pedir la nulidad? En los tres casos hay error sobre una cualidad de la persona determinante para que el individuo desee contraer matrimonio. Pero, por lo que se ve, se puede ser un freak, se puede ser un plutófilo desalmado, pero no se puede profesar una religión.
¿Qué pasa si el buenrollismo de la Alianza de Civilizaciones colisiona con el feminismo? Que gana el segundo, al menos a la hora de escribir una crónica con pretensiones polémicas. En Francia, un país que se proclama laico hasta extremos absurdos (¿por qué no puede una funcionaria francesa del Estado llevar un pañuelo -o un crucifijo-? ¿acaso confundimos al funcionario con el Estado en sí?), una Juez ha aceptado declarar la nulidad de un matrimonio porque la mujer no era virgen. A partir de un hecho tan nimio, se monta la de Dios es Cristo: que si es un ataque a la dignidad de la mujer, que si es porque los musulmanes reclaman ser una comunidad diferente con derechos diferentes, etc...
Pues no, es simplemente una declaración de nulidad, igual que la que se podría haber dado en España, ya que el artículo 73 del Código Civil declara que será nulo, entre otros, el matrimonio "celebrado por error en la identidad de la persona del otro contrayente o en aquellas cualidades personales que, por su entidad, hubieren sido determinantes de la prestación del consentimiento."
Ejemplo 1: a Juan le apasiona la Guerra de las Galaxias. María aborrece esas películas, pero considera que Juan es un tipo por el que merece la pena hacer el esfuerzo de fingir que a ella también le gustan. Tan bien va la cosa, que un día se casan pero, al poco tiempo, María le confiesa a Juan que a ella lo de Darth Vader le parece una chorrada infantiloide. Dolido, Juan pide la nulidad del matrimonio porque no puede convivir con alguien que le ha engañado así. Si la obtiene, a nadie le parecería raro.
Ejemplo 2: Beatriz piensa que Miguel es muy rico. Como ella sólo quiere un marido que le compre todos los caprichos que ella pida, se casa con él. Sin embargo, descubre que los ingresos de Miguel son modestos y que todas las apariencias de riqueza no eran sino una impostura. Si pide la nulidad del matrimonio, podremos pensar que es una materialista desalmada, pero no creo que nadie piense que ofende a la dignidad de Miguel, o a la de los hombres en general.
Ejemplo 3: X es una persona muy religiosa que, en virtud de su derecho a la libertad religiosa y a la libertad de opinión (a veces hay que recordarlo), cree que el sexo sólo debería practicarse dentro del matrimonio y con fines reproductivos. Por lo tanto, cree que la mujer ideal para convertirse en su esposa debería ser virgen, además de reunir otras virtudes (obsérvese que no piensa que haya que obligar a todas las mujeres a que lo sean hasta el matrimonio, sino que es algo que él valorará en la mujer con la que vaya a compartir su vida). X ha tenido suerte, pues ha conocido a Y, una mujer también religiosa y de la que puede suponer que es virgen, pues ella no le ha dado a entender lo contrario y mantener la virginidad hasta el matrimonio es un precepto de la religión que comparten. Además de esa compatibilidad, tienen otros muchos puntos en común, de modo que deciden casarse. Sin embargo, una vez celebrado el matrimonio, X descubre que Y no es virgen.
¿Por qué el ejemplo 3 es el único en que a algunos les parece horrible que se pueda pedir la nulidad? En los tres casos hay error sobre una cualidad de la persona determinante para que el individuo desee contraer matrimonio. Pero, por lo que se ve, se puede ser un freak, se puede ser un plutófilo desalmado, pero no se puede profesar una religión.
3 Comments:
Gran artículo. Más que polémico, me parece extremadamente racional.
Me gusta mucho el artículo, pero sinceramente, no tengo tan claro el argumento. Y ahora me dirás: feminista! (así, en tono despectivo...).
Aclárome: el argumento de que es una causa de nulidad por error (inducido o no) en la persona; perfecto, es verdad.
Pero, como siempre, sólo una parte de la verdad, porque no sabemos en qué circunstancias se celebró el matrimonio, o por qué ella mintió sobre su virginidad... o qué consecuencias sociales tendrá la anulación.
Si ella es efectivamente una mujer liberada que ejerció su libertad y después le mintió a su novio para que no la dejara (quiero pensar que no perdió la virginidad con él, porque eso sería argumento de película), entonces la aplicación de la ley (que tiene buena intención) no tiene malas consecuencias. Pero si estamos hablando de que ella mintió, por el honor de su familia, o por cualquier otra razón más o menos superior, pero no elegida consciente y voluntariamente por ella, estamos hablando de otra cosa muy diferente, y entonces la vía legal (con muy buena intención) se convierte en instrumento represor (es decir, que ejerce una de sus funciones) del sistema patriarcal/religión (y aquí está lo malo, da igual a qué te acojas, si por lo feminista o por lo laico).
Y todo esto, por no hablar de las consecuencias sociales que puede tener una anulación. Si la mujer al máximo se lleva un disgusto por no tener pensión (ni marido, ya que estamos), pero sigue con su vida estamos bien. Si la familia la repudia, el marido la apedrea etc, etc, etc, entonces la ley ha servido a un fin que no está en su espíritu, no por errado (que para eso está la libertad de pensamiento), sino porque sirve a fines religiosos.
Quiero pensar que el juez que tomó la primera decisión tuvo en cuenta todas estas variables y no sólo el texto de la ley (porque al fin y al cabo, estaba dictaminando sobre una contradicción de palabras: o es que X tenía grabado que ella era virgen?????)...
Por otro lado, el asunto práctico... ¿qué iba a hacer el juez? ¿Negar la nulidad y dejar que siguieran casados, cuando por una cosa así ha llegado al juzgado? ¿Prolongar la cosa para que él (o ella) pidiera el divorcio?
Conclusión: a ver si se asume ya que eso de la virginidad es un mito.
La virginidad no es ningún mito.
(Y la virginidad vaginal, aún menos)
Yo he conocido ya a varias mujeres "occidentales" de veintitantos años que todavía no han tenido relaciones sexuales plenas, ni casi a medias. Tanto por razones religiosas o de valores, como debidas a enfermedades mentales varias.
El tipo puede ser un enfermo mental, o musulmán o hare krishna o lo que él quiera. La decisión del juez me parece una decisión no sólo perfectamente ajustada a derecho sino a una moral más o menos universal: el rechazo a la mentira.
Que puede que el tipo tenga a su vez una moral hipócrita, que le lleve por ejemplo a pensar de su flamante esposa no-virgen que es una guarra o una fulana de mierda y en cambio,de su amigo X (que se casa después de haberse cepillado a varias ex novias y/o a varias putas) sigue pensando que es un gran tipo? Puede.
Pero también y por fortuna para la buena mujer, hay en Francia un montón de tipos que no se van a preocupar por toda una serie de valores que a ella, muy probablemente le parezcan absurdos, como el valor de la virginidad en cuestión.
Me parece que esa mujer se acaba de quitar de un plumazo (o mejor dicho, de un fallazo) un marrón de encima y una vida muy probablemente miserable. Pasar el resto de tus días (que es más o menos la idea) con una persona que piensa que eres una puta no me parece un horizonte muy refrescante que digamos.
En cuanto al tipo, él se lo pierde.
Debe ser complicado encontrar a mujeres vírgenes e interesantes de veintitantos en Francia a estas alturas, así que le deseo buena suerte porque la va a necesitar.
Igual con más suerte todavía termina encontrándose a una mujer sexy y fantástica que se ha follado hasta a las cabras, pero por fortuna se ha hecho una operación de cirujía plástica de reconstrucción del himen para volver a estar "casable", con lo cual el marido dormirá tranquilo por las noches (a no ser que a la mujer, en un ataque de sinceridad egoista le de por contárselo al cabo de los años).
Por cierto que en Bélgica hay casos en los que la himenoplastia (o como se llame) es sufragada por la Seguridad Social, lo cual, dicho sea de paso, me parece una vergüenza.
Las excentricidades innecesarias, que se las pague cada uno de su bolsillo. Y los excéntricos, que se casen con excéntricas. Y cada uno con sus neuras y Dios en la de todos.
Salud,
Cork M.
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