jueves, enero 06, 2011

Pensar

La pregunta más extraña que te pueden hacer es: "¿tú qué piensas de este asunto?", sea cual sea el asunto al que se refieran. Lo extraño de esta pregunta no es su significado literal, sino su significado real. Porque nadie te pregunta, en realidad, por tus pensamientos, sino que te pide que te alistes a un bando, y el catálogo de bandos al que acogerte suele ser muy escaso. En última instancia, son dos: los que están de acuerdo con el que pregunta, y los imbéciles desinformados. La mayor parte de las veces, esa elección de bando tiene que ver con una elección política: PP ó PSOE. No existe más, excepto si hablamos de nacionalismos, en que tendrás que ser nacionalista español o periférico, tú sabrás...
Así que el verdadero propósito de la pregunta de que hablamos es sondear el terreno para ejercer uno de los dos vicios favoritos de los selectores de bando: asentir en férrea comunión, o predicar para convertir al hereje (para escucharse a sí mismos teniendo razón, más bien). La posibilidad de discutir, entendiendo la discusión como la exposición de puntos de vista encontrados y razonados, es decir, como un ejercicio de dialéctica, es nula, porque la definición que alguien dio hace poco en el Focoforo de qué es una discusión en Internet es perfectamente válida para la vida lejos del teclado. Francamente, para que me conviertan en un hombre de paja, prefiero ser un león cobarde.
Sin embargo, el significado literal de la pregunta "¿qué piensas de...?" es muy interesante. En lugar de escoger un bando, ¿por qué no analizar los asuntos de verdad? No para llegar a conclusiones ni para pontificar, sino para considerar todo el enjambre de matices y múltiples puntos de vista que puede envolver cualquier cuestión. Y no para llegar a una beatífica y cordial equidistancia (más bien, en caso de encontrarle alguna utilidad, sería la de contar con el arsenal de argumentos necesario para poder llevarle la contraria a cualquiera), sino por el mero ejercicio mental de pensar de verdad sobre las cosas.
Siguiendo, a grandes rasgos, este propósito, voy a tratar de remediar mi sequía escritora preparando algunas entradas sobre varios temas que me parecen interesantes. El formato será el de un pequeño brainstorming en solitario, en el que se encadenen de forma desordenada ideas que me parezcan relevantes para el asunto que se trate. Esto será así por dos motivos: el primero, que elaborar un texto ordenado requeriría conducirlo hacia una conclusión, que se entendería estoy proponiendo como mía. Y aunque tenga opiniones propias, no son relevantes para las entradas (esto siempre me ha llamado la atención: ¿por qué la gente pregunta tu opinión, si ésta debería resultarles irrelevante? ¿por qué, además, asumen que si expones una idea la estás respaldando?). El segundo motivo para escribir las entradas de forma desordenada en lugar de articulada es que, como diría Jorge Lee, "eso es trabajo".