miércoles, octubre 21, 2009

Crisisismo

En el primer comentario a la anterior entrada, un miembro del Colectivo F.R.E.D. me recomienda (creo) este vídeo:
Revisando los vídeos relacionados, en un par de saltos, llego hasta este otro:
Ambos vídeos tienen su gracia (si es que un vídeo sobre la economía en general y una crisis en particular puede tenerla), pero mi vídeo favorito sobre la crisis sigue siendo aquel en que dos humoristas explican su origen, seguido de cerca por aquel otro en el que lo explica un diseñador "de medios e interacciones".
Algo que me llama la atención del segundo vídeo, titulado "La crisis que cambiará el mundo", es la falta de relación entre la situación que describe y la conclusión que saca. Entiendo que la ingente emisión de deuda pública haga parecer insuficientes los recursos financieros mundiales, pero los Bancos Centrales pueden poner más dinero en circulación, es decir, en manos de los Bancos para que se lo presten a los Estados. Con un tipo de interés bajo y un precio de la deuda pública alto, la banca puede compensar los riesgos asumidos durante la burbuja crediticia1. En los últimos años los Bancos han mostrado un "apetito voraz" por el riesgo que, al final, les ha resultado indigesto. Dada la actual incertidumbre acerca de qué nivel puede alcanzar la morosidad y cuánto se devaluarán los activos que en algunos países (como España) se están aceptando como medio de pago de los préstamos concedidos (por ejemplo, a los promotores inmobiliarios)2, la banca necesita inversiones seguras que reequilibren el riesgo de sus carteras, y no hay inversión más segura que la deuda pública: los Estados rara vez quiebran. Al final, tanto durante la burbuja como a pesar de la crisis, en el capitalismo, como en un casino, la banca siempre gana.
Por supuesto, los Bancos Centrales no pueden inyectar dinero indefinidamente. O no deberían hacerlo si quieren que la inflación se mantenga a un nivel asumible cuando se recuperen la producción y la demanda, y aumente con ello la velocidad de circulación del dinero. Sin embargo, en países donde el endeudamiento familiar se ha disparado en los últimos años, es difícil que se recupere el consumo a corto y medio plazo, por mucho que la producción vuelva a crecer. Veremos qué papel desempeñará entonces el Estado.
Volviendo a la tesis del vídeo, que podría resumirse como "no hay medios financieros suficientes como para solucionar esta gravísima crisis", creo que se equivoca en una cosa: la globalización no significa necesariamente que cuando las cosas van mal, vayan mal para todos. O, mejor dicho, no significa que los problemas no puedan resolverse para unos mientras persisten para otros. Es cierto que el capital no tiene patria, pero sí tiene expectativas, así que a la hora de ser precavido y conservador, el dinero sabe perfectamente hacia dónde dirigirse. Así, los países ricos, el centro tradicional del capitalismo, encontrarán en el sector privado la financiación que necesitan para sus dificultades actuales, mientras que los países pobres o "en desarrollo" sufrirán los efectos de la crisis con (probablemente) la única asistencia de las Instituciones Financieras Multilaterales. Los primeros capearán el temporal mejor que los segundos, pero es probable que las consecuencias ideológicas y estructurales a medio y largo plazo sean las mismas: la elevada deuda pública "hará necesarias", en los países ricos, reformas encaminadas a reducir el peso del Estado en el PIB. Para los países pobres, esas reformas vendrán establecidas en la condicionalidad de los préstamos del FMI y en los objetivos de los programas de cooperación del Banco Mundial.
Al final, el Estado tiene que paliar los desmanes del capitalismo, salvar de sus pérdidas a la banca y las empresas (que, para colmo, ponen a los trabajadores como rehenes: "si no me subvencionan tengo que cerrar y mis trabajadores van al paro") y, con todo ello, no hace más que firmar una sentencia aplazada contra sí mismo. Como el Estado siempre adelgaza por el mismo sitio, el resultado para los trabajadores acaba siendo el mismo: salen perjudicados, ya sea hoy o mañana.
Por último, me extraña la conclusión del vídeo. ¿Qué le lleva a suponer que surgirá un sistema más justo? Si el crecimiento de los últimos años resultó insostenible, es porque se basaba (en gran parte) en una burbuja, no porque la redistribución de la riqueza fuera injusta, ni porque cada generación esté destinada a vivir una "gran crisis" (que está por ver que ésta lo sea). Las injusticias han sido y son perfectamente toleradas, razonadas y, si no, obviadas: el desigual reparto de la riqueza no es un asunto reciente, ni tiene nada que ver con las posibilidades del sistema. Mientras haya una expectativa razonable, para lo que ahora se llama "clases medias"3 en los países ricos, de hacer una vida cómoda y sostener un cierto nivel de consumo y de ocio (valga la redundancia), seguiremos siendo tan mezquinos y voluntariamente ciegos como hemos sido hasta la fecha.
Curiosamente, el vídeo sí acierta en esto, aunque luego lo olvida: probablemente aumenten el racismo y la xenofobia. Es decir, aumentará el convencimiento de que "la riqueza es nuestra, no podemos permitir que vengan a robárnosla" y, en consecuencia, es probable que se endurezcan las leyes de inmigración, que se acepte como normal y deseable un neo-colonialismo aún más agresivo, etc. Porque, como se vio en el primer tercio del siglo pasado, el miedo de las clases acomodadas a la pauperización no provoca ninguna reflexión ni una mayor inclinación hacia la fraternidad universal.
Al contrario: el pánico ante la pérdida del statu quo conduce al fascismo.



1Aunque no es la única forma en que los Bancos consiguen seguir obteniendo beneficios y hacer como si nada hubiera pasado.
2Además, en aquellos países en que las hipotecas pueden liquidarse con la entrega al prestamista del bien que actúa como garantía, los Bancos acumulan en su activo una gran cantidad de bienes que no sólo tienen un alto coste de liquidación, sino que además pierden valor a marchas forzadas.
3Antes, la clase media era una sola, aunque fuera un concepto vacío que se utiliza con el único propósito de que el mayor número de personas se sienta incluido en él y, por tanto, identificado con el sistema. Así, por ejemplo, Emilio Botín y Amancio Ortega pertenecen a la "clase alta", los chabolistas a la "clase baja", y todos los demás somos "clase media". Al ser un grupo tan amplio, resulta luego necesario establecer subdivisiones: "clase media-baja", "media-alta"... Quizás sea ese el motivo de que la nombren ahora en plural.