martes, marzo 30, 2010

A veces

A veces querría estar zumbado. Estarlo, incluso aunque acabara contrayendo el mismo poso de melancolía en la mirada de quien te dice que no entiende por qué le rechazan. Por ejemplo, me gustaría enviarle un e-mail a alguna de esas modernas con flequillo que publican en internet fotos suyas con mucho contraste para decirle, si fuera el caso, "me gustan tus manos" (o cualquier otra apreciación lacónica y sin sentido). O entregar, todo mutismo, una nota que diga "tus ojos son droga dura" a una bibliotecaria. Me gustaría, cada día, decir a quien lo mereciera "es usted la mujer más bella que he visto hoy". O, incluso, (¿por qué no?) "su elegancia le distingue, caballero".
Pero no sólo esto. No quiero limitarme a los arrebatos de admiración por el sexo opuesto, desquiciados actos de presunta poesía y certero patetismo que a la larga pueden ser disculpados por una posible sobredosis de comedia romántica. No es que quiera ir por ahí ensalzando las virtudes ajenas o abrazando la belleza de la vida. También querría seguir hasta su casa al desagradable tipo que profiere opiniones pendencieras y poco fundamentadas en un bar y escribir furtivamente en su puerta, con rotulador indeleble, "no estoy de acuerdo". O susurrarle a un niño repipi y pedante: "nadie te toma en serio". O dejarle a un camarero borde, como única propina, una tarjeta que diga "no haces bien tu trabajo". O escribir con espray "este sitio era mejor antes" en el suelo de alguna de esas plazas que han sido transformadas en eriales de hormigón por algún alcalde con ínfulas y dinero que malgastar.
Pero no creo que jamás haga algo así. Me asusta, en realidad, una idea: si algún día me atrevo a estar zumbado, ¿qué desearé entonces?

lunes, marzo 15, 2010

Jevi

En esta entrevista publicada en El País el pasado 3 de marzo, uno de los componentes de Los Coronas cuenta lo siguiente:

Hemos vivido en infinidad de ocasiones ese gran virus de la banda española, que es el batería que sólo escucha Metallica y trata de convencer a su colega en la banda de que les diga a esos dos tíos raros que ésa es la dirección a seguir"
Lo cierto es que, después de ver el siguiente vídeo:
1) Se entiende perfectamente por qué un batería que sólo escuche Metallica es un "virus";
2) Puedo dar una explicación bastante razonada de por qué nunca he sido jevi. Quiero decir, podría dar otra explicación, además de la cierta: mi adolescencia, musicalmente, se dividió entre una parte en que sólo me gustaban los Beatles y otra en que, además, me gustaba el punk en general y los Ramones en particular. Nunca tuve una época melenuda y, a estas alturas, tampoco lo echo en falta.