martes, octubre 19, 2010

El niño que podría reproducir el arte moderno, a punto de cumplir nueve años

Enrique Rodríguez, el niño más citado por los visitantes de museos de Arte Moderno, cumplirá nueve años en octubre. Ya sea porque conocen de primera mano la prodigiosa historia de Enrique o porque repiten una frase hecha, es a este tierno infante a quien se refieren todos los que, en algún momento, han exclamado "¡eso podría hacerlo un niño de ocho años!". Este precoz artista saltó a la fama hace aproximadamente un año, cuando fue investido Doctor Honoris Causa en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, en reconocimiento de su capacidad para reproducir cualquier obra de arte moderno.
"Quizás se le podría achacar cierta inconsistencia terminológica o metodológica cuando diserta sobre la pintura europea de los últimos cincuenta años, pero le basta coger un pincel para dejar boquiabiertos a catedráticos mucho mayores que él", afirma el Rector de la Universidad Complutense. "Por eso", continúa, "decidimos nombrarle Doctor y ofrecerle un puesto de profesor titular, para que pueda transmitir conocimientos prácticos a nuestros alumnos, que a veces llegan muy despistados a la Universidad". "Lo cierto es que las clases son imprevisibles", apunta un alumno, "a veces se aburre de estar ahí, se niega a pintar y sólo quiere que salgamos al parque a jugar a la pelota con él. Pero yo creo que, al final, está bien tener estas clases, por la historia esa de la enseñanza práctica que quieren meter con lo de Bolonia, ¿no?".
Por su parte, Enrique Rodríguez afirma que se siente muy agradecido por el reconocimiento y la atención que recibe. "A esa gente que me cita en los museos y galerías de arte, les doy las gracias de corazón, aunque les pido que a partir de octubre se acuerden de decir mi edad correctamente", expone con gesto serio. Sobre el descubrimiento de su capacidad artística, Enrique relata que "a mí siempre me gustó la pintura, sobre todo con rotuladores o ceras, pero cuando intenté copiar La Rendición de Breda en una cartulina, no me quedaron del todo bien las lanzas del fondo, así que pensé que sería mejor dedicarme sólo al arte moderno, que es mucho más fácil". Lo acertado de esta elección se comprobó poco después, cuando sus obras empezaron a ser reconocidas por el público y citadas profusamente en publicaciones académicas.
Sobre su porvenir, Enrique comenta: "el último año ha sido increíble, así que no sé qué esperar del futuro próximo. Quizás haga algo de escultura, o puede que me dedique a la videocreación, que está de moda últimamente" explica, encogiéndose de hombros, poco antes de dar por finalizada la rueda de prensa convocada en la Universidad con motivo de su próximo cumpleaños. Tras despedirse de los periodistas, se encamina hacia un aula, en la que le esperan decenas de alumnos que guardan un silencio reverencial.



Esto lo escribí hace un tiempo, con la intención de enviarlo a El Mundo Today y ver si decidían publicarlo. En vista de lo que publicaron ayer, supongo que ahora mismo sería redundante enviarlo.