lunes, marzo 21, 2011

Lo que va de ayer a hoy

Me llama la atención la sutil diferencia que hay entre estos dos titulares, separados por tan sólo tres años:
Ambos titulares se refieren a estadísticas publicadas por Eurostat sobre PIB per cápita regional en la UE-27, medido en paridad de poder de compra (Purchasing Power Standards, PPS), en las que se comparan los resultados de las regiones europeas con la media del conjunto de la UE. En concreto, los documentos serían este (publicado en febrero de 2008, con datos de 2005) y este otro (publicado en febrero de 2011, con datos de 2008). En ambos casos, los resultados de las regiones españolas se encuentran en la página 4.
Si el cambio de enfoque entre ambos titulares resulta llamativo es porque la realidad a la que se refieren no cambia demasiado. Doce regiones españolas mejoran en sus resultados (sobresale Asturias, con una mejora del 7,54%) y otras siete empeoran (la que más, Canarias, que desciende un 3,95%). Andalucía y Madrid se mantienen prácticamente igual, aunque la primera desciende ligeramente (-0,49%) y la segunda avanza un 0,08%. Como dato curioso, el PIB per cápita Castilla y León se iguala con la media europea en 2008, tras haber encabezado en 2005 las regiones que se situaban por debajo de dicha media. Es decir, tres años atrás era "la mejor de las peores", mientras que en 2008 se situaba sobre el fiel de la balanza. Destaca, por último, que ambas noticias se olvidan de Ceuta, que sí figura en las estadísticas de Eurostat.
Lo que va de ayer a hoy es un cambio de actitud. Si en 2008 todavía era admisible hacer un esfuerzo por ser optimistas, en 2011 esa misma actitud resultaría de mal gusto. Por eso, incluso unos resultados relativamente positivos (y que no afectarían en nada a la interpretación del momento presente, porque se refieren a datos de hace tres años) se enuncian desde un punto de vista negativo.
No es sólo que en la noticia de Europa Press falte lo más importante en cualquier información, es decir: el contexto, la comparación con el entorno y el pasado para que el lector pueda interpretar los datos con un mínimo de perspectiva. Es que esa carencia sólo se entiende, precisamente, por el contexto.